Objetivo: comparar la expresión del sentimiento amoroso y la representación de la mujer en dos sonetos renacentistas, uno del italiano Francesco Petrarca y otro del español Garcilaso de la Vega. En la elaboración del trabajo debéis tener en cuenta las características temáticas y formales del amor cortés, del "dolce stil nuovo" (Dante) y del petrarquismo que hemos estudiado en esta evaluación.
Estructura:
1. Índice
2. Introducción.
3. Biografía de los poetas y características formales y temáticas de su producción poética. Solamente debéis aportar los datos necesarios para la justa compresión y valoración de los dos poemas que vais a comentar en este trabajo.
4. Comentario de los poemas (tema, estructura métrica y recursos estilísticos de la poesía petrarquista).
5. Conclusión
6. Bibliografía (Sólo si habéis consultado otras fuentes para la elaboración de este trabajo).
Los poemas que vais a comentar son:
1. FRANCESCO PETRARCA
Soneto XC
Al aura el pelo de oro vi esparcido,
que en mil sedosos bucles lo volvía;
la dulce luz sobremanera ardía
de aquellos ojos que hoy tanta han perdido;
el rostro de cortés color teñido,
no sé si es cierto o falso, ver creía:
si en mi pecho amorosa yesca había,
¿quién, porque ardió, se siente sorprendido?
No era su caminar cosa mortal,
sino de forma angélica; y sonaba
su voz como no suena voz humana.
A un celestial espíritu miraba,
a un sol vivo; y si ya no fuese igual,
porque distienda el arco no me sana.
(Otra traducción)
Era el cabello al aura desatado
que en mil nudos de oro entretejía;
y en la mirada sin medida ardía
aquel hermoso brillo, hoy ya apagado;
el gesto, de gentil favor pintado,
fuese sincero o falso, lo creía;
ya que amorosa yesca en mí escondía,
¿a quién espanta el verme así abrasado?
No era su andar cosa mortal grosera,
sino hechura de ángel; y sonaba
su voz como no suena voz humana:
un espirtu celeste, un sol miraba
cuando la vi; y si ahora tal no fuera,
no porque afloje el arco el daño sana.
2. GARCILASO DE LA VEGA
Soneto XXIII En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar ardiente, honesto, enciende al corazón y lo refrena;
y en tanto que el cabello, que en la vena 5 del oro se escogió, con vuelo presto, por el hermoso cuello blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto, antes que el tiempo airado 10 cubra de nieve la hermosa cumbre;
marchitará la rosa el viento helado. Todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre.